lunes, 27 de marzo de 2017

JESÚS SAMA PACHECO COMENTA EL POEMARIO "CELEBRACION DEL TIEMPO" DE EDUARDO ARROYO "PREMIO PALABRA EN LIBERTAD"

El escritor Eduardo Arroyo y su hija Laura, de paso por Lima rumbo a España.

UN NUEVO LIBRO DE EDUARDO ARROYO
Por Jesús Sama Pacheco
XXVI Feria Internacional del Libro de la Habana
Poemario presentado el 15 de febrero de 2017


Celebración del Tiempo, de Eduardo Arroyo Laguna, nos muestra un conjunto de poemas breves escritos entre 1965 y 2015, por lo que el lector tendrá la posibilidad de leer en este libro creaciones del versificador adolescente y del poeta ya maduro. 

Publicado por Ediciones Vicio Perpetuo Vicio Perfecto de Julio Benavides Parra, Editor General, en su Colección Péndulo de Arena, en julio de 2015, y escoltados por una sobria y sugerente cubierta a cargo de Piero Pizarro Casafranca, con fotografía de José Carlos Orrillo y la dirección editorial de Luis Benavides Parra, cincuenta y ocho poemas breves hacen una especie de travesía en el tiempo y la vida del autor.
Precedidos por una enjundiosa cita del poeta indio Rabindranath Tagore, plasmados con un lenguaje sencillo, claro, los poemas emergen, uno tras otro, unas veces con la visible intención de quien desea perpetuar un instante vivido, otras –con cierto trasfondo filosófico– como si el poeta, además de interrogarse el mismo, nos interrogara e intentara dejarnos en coautoría la solución de algunos de los enigmas a los que todo mortal se enfrenta. 

Los poemas de Arroyo reunidos en Celebración del Tiempo, su sexto poemario, no pretenden –a mi juicio– el lucimiento tropológico ni el pulimento acendrado del orfebre; más apegados al contenido que a la forma, mediante un discurso directo, nos desean incitar ante el misterio y el encanto de las pequeñas cosas mediante imágenes que se van conformando en el clamor de alguna frase o la visión que nos queda tras la total lectura del poema.

Por lo que conozco de Eduardo Arroyo, es un escritor con muchas aristas, muchas inquietudes, un hombre sumergido en los afanes de su tiempo, que, además de hacer muchísimas cosas, no puede dejar de ser poeta. Su hoja de vida lo demuestra. Durante toda una existencia colmada de estudios y ocupaciones, no ha podido prescindir de ese momento mágico en que el individuo se enfrenta a sí mismo, sin títulos, nombramientos, ni obligaciones, totalmente despojado de todo lo que no sea su alma, y en un acto íntimo, crucial, plasma aquellas esencias que solo puede acunar el poema.
No se trata de un libro hecho para enamorar al lector, no hay en él ardides ni intenciones esteticistas; se trata de una acumulación de vivencias e interrogantes, emociones y ensueños que palpitan en el pecho de todo ser humano. Es una mirada hacia el mundo interior y hacia el mundo exterior del individuo, la búsqueda del yo y del otro en aras del encuentro y la armonía.


No aconsejo una lectura vertiginosa, a vuelo de pájaro; debemos acercarnos a este libro con cautela, leyendo y releyendo, indagando a cada paso. Como en todo poemario, no todo lo que está escrito en él posee la magia de atrapar al lector; mas, pienso que éste –de una manera u otra– se hallará atrapado en alguna de sus redes, ante alguna de esas interrogantes que todos nos hacemos, pero que no siempre nos detenemos lo suficiente para lograr una respuesta. Y es que solo el poeta (entiéndase también el artista, el escritor), más allá de toda filosofía, logra conmocionar el alma del otro, llegar a sus entrañas y poner a volar con todo esplendor y agudeza la imaginación.

Considero que este libro de Arroyo logra esa magia de preceder y estimular, propia de la poesía y sus hacedores. 

Los invito entonces a leer Celebración del Tiempo, de Eduardo Arroyo Laguna.
(La Habana, sábado 11 de febrero de 2017).

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